“Primero voy a escribir y el post y después volveré arriba y le pondré título”
Que por qué? Porque no se me ocurre nada que no sea relacionado con el otoño. Y ojú, de verdad, me niego. Y mira que me gusta la estación de los coj… Pero es que nos hemos puesto de un pesado saludando todos al autumn, que antes fue septiembre, y antes agosto, y antes julio, y antes de todos, la entrada del verano y así en bucle hasta el principio de los tiempos (de alguna forma lo harían cuando no existía Instagram, digo yo).
El caso es que aquí la menda no sale de la manada, como buena adicta a las cuqui fotos de Pinterest y… pasé la tarde de ayer dando la bienvenida al otoño con este diseño (muy bien Isa, hija, pisoteando tu credibilidad):
Será que ayer era el primer día y yo miraba con ganas los paseos en bici en las tardes templadas, el crujir de las hojas, la amplísima gama de colores tierras, las venideras mangas largas y los pies con zapato cerrado (ya sabéis que tengo unos pies más feos que Picio porque he sacado mis trapos sucios en post como éste). Sí, será que ayer me nubló el romanticismo. Pero es verdad que el otoño me mola! Bueno, a mi me molan todas las estaciones… A todas les veo su encanto! Además, si el verano es un estado mental, qué más da lo que nos cuente el calendario!
Lo que más me gusta del otoño, y también del invierno, son las cafeterías. En compañía, (o es que las mejores historias de amor y desamor no se cuentan en una mesa llena de tazas a las 5 de la tarde?) pero también sola. Me gusta sacar la bohemia que llevo dentro yendo de solipandi a una cafetería, de las re-bonitas y con encanto, con un buen libro (esto es básico, y en papel, deja las pantallas en casa que las horas de trabajo ya son suficientes para dejarte el ojo seco) y pedirme el té que tenga el nombre más rimbombante. Soy muy tetera yo, y no por las formas redondeadas, oye.
También molan mil los archiconocidos planes de peli y manta. Y las tardes de re-decoración del hogar. Que no sé que nos entra con el cambio de estación, pero somos masocas. Si ya es duro guardar sandalias-sacar botas, cambiar camisetas de centímetros de tela por rebecones de kilómetros de lana o empaquetar tangalones (esos shorts que parecen de Zara Kids) y desempolvar pantalones con doble forro de pana; nos da también por llenar la casita de colores tierra y cambiar estampados neones por otros más acordes al color de las nubes.
Y mira, me encantaría colocarte el armario porque es mi placer oculto, pero dada la dificultad, con lo que te pienso ayudar es con la casa! Con una selección estupenda que hará de tu casa esa casa que todos quieren visitar, fotografiar y publicar. Y lo más mejó, tu bolsillo será lo único que no cambie con la rentrée.
Los colores tierra son los reyes en PIPOL-art! Porque nuestra papelería es 100×100 cartón reciclado. Ya sabes tú que una lámina es la mejor amiga de una pared, de una mesa de estudio, de la mesita del cuarto, del cabecero y hasta de las puertas! Aquí y aquí te conté montones de ideas y puedes mirar muchas más aquí:
Pinchando en cada foto irás directo a todas las láminas disponibles en nuestra shop! Son un montón! En distintos tamaños, en pack de dos y en pack con otros artículos. Así te ahorras unos eurillos para el café y la tarta de zanahoria.
Hablando de café y de tardes en casa… Unas tazas! Como éstas ilustradas y hechas realidad con nuestras manitas, también hay una barbaridad de diseños donde elegir el tuyo. Para muestra, un tazón:
Y considero también de extrema importancia decorar el espacio donde trabajamos, estudiamos, diseñamos, nos inspiramos, porque esto último, la inspiración, es necesaria para que se produzcan proyectos de calidad todo el año (para los cursantes, que los que se dan a la vida contemplativa en Saint Tropez van a parte). Y cómo decoramos el trabajo? Con alfombrillas, tazas, posavasos o todos juntos un pack workspace de la PIPOL, que son así de guays:
Y yo creo que voy a ir cortando el bacalao, que me dan un motivo y me enrollo como una persiana veneciana. Además, aún me queda subir y colocarle un título a todo esto que os he contado.
El caso es que yo venía a decir que esta estación me mola tela, que es tiempo de esas cafeterías que me hacen feliz sólo con entrar, que las mantas con algo audiovisual de calidad es un planazo, que colocar armarios ajenos es un placer oculto y que decorar la rutina es imprescindible porque rutina es, precisamente, todo el año. Y de la aburrida no queremos!
Piensa en el crujir de hojas y venga, no odies al otoño!
